Hoy en día las redes inalámbricas en el hogar son tan
comunes como tener una mascota. Resulta que puedes acudir con cualquier ISP (Internet Service
Provider) por un “kit de instalación”, dónde se incluye un router, una guía
rápida de instalación y algunos otros componentes necesarios para que sin
problema alguno en cuestión de minutos puedas disfrutar de una red inalámbrica
en casa.
Todo esto resulta muy atractivo para personas que
tienen poco tiempo para preocuparse por configuraciones complicadas y
enredadas, pues tal vez leer un poco o mejor aún, ver este video (http://youtu.be/rjSwkU_Q-as)
les preocupe lo suficiente para hacer un espacio en su apretada agenda y tomar
las medidas necesarias para elevar el nivel de seguridad implementado en su red
inalámbrica.
El meollo del asunto es que el “kit de instalación”
únicamente incluye la guía rápida pero pocas recomendaciones (o
ninguna) sobre la seguridad que se tiene por default. La clave WEP (Wired Equivalent Privacy) surgió en los
inicios de las redes inalámbricas como el protocolo encargado de brindar
confidencialidad a la información. De esto
ya van más de 10 años, y hoy vulnerar el cifrado WEP puede llevar menos de 2
minutos.
Probablemente todo esto aún no tenga sentido, pues ¿a
quién le importa leer mis trabajos de la escuela o ver las fotos de las últimas
vacaciones familiares? Seguramente a nadie pero el simple hecho de que un
intruso utilice la red inalámbrica implica un riesgo alto, ya que puede llevar
a cabo actividades ilícitas y ante los ojos de la justicia sigue siendo TÚ red
inalámbrica.
Así que por qué no tomarse unos minutos para cambiar
la clave WEP por WPA (WiFi Protected Access) todos tenemos algo de
geek en el interior, así que resulta “divertido” averiguar cómo hacer más
segura nuestra red. Ahora que si tienen un poco más de tiempo y paciencia
podrían elevar el nivel y configurar un servidor RADIUS (Remote Authentication Dial-In User
Server).
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